fbpx Skip to main content

Cualquier negocio nace de una idea. Normalmente observando el entorno podemos identificar posibles necesidades que no quedan del todo cubiertas, y creemos que podemos solucionar.

Emprender también requiere un cambio y sobre todo riesgos que debemos estar dispuestos a asumir. Es necesario tener carácter, disciplina y muchas veces la cuestión no es sólo dar con una buena idea, también es saber si se es capaz de llevarla a cabo. En muchas ocasiones las ideas no llegan a ningún sitio por falta de “empuje”.

Además, si realmente queremos desarrollar nuestra idea, es necesario tener y dedicarle el tiempo y trabajo suficiente para llevarla a cabo y no tener miedo al cambio. Puede que el problema esté en el desconocimiento sobre el camino a seguir para hacerla realidad. En este punto hay que tener en cuenta muchas áreas, y es el momento de ponerse a trabajar.

Para empezar, es necesario estar muy pendiente de la realizar de los mercados y entender que lo primero que debe ser una idea, es rentable. Para llegar a conocer este punto debemos definir muy bien el producto/servicio y conocer el mercado y la competencia. Es muy probable que otras personas hayan tenido ideas similares a las tuyas y es importante fijarse en lo que hacer bien y mal.

Otro punto es averiguar si esa idea de negocio puede tener su sitio en el mercado actual. Nos podemos encontrar con que a pesar de cubrir una necesidad nos encontremos con un entorno competitivo muy concentrado y resulte difícil entrar de lleno en él.

También puede darse la situación de que no exista un mercado para el producto o servicio que se quiere lanzar. Es decir, que sea absolutamente innovador. Esto tiene una doble vertiente: puede que se haya dado en el clavo y se convierta en un éxito, o que realmente no exista mercado porque el producto o el servicio no cubra ninguna necesidad real de los clientes.

Con todo esto claro, es el momento de hacer un plan de negocio

Ya tenemos claro que nuestro producto y servicio cubre una necesidad, no tenemos excesiva competencia o podemos superarla porque lo hacemos mejor y, además, los clientes están dispuestos a pagar por ello. Ahora llega el momento de la verdad: nuestro plan de negocio. Sin duda, una de las fases más importantes del proceso de creación de un negocio.

Por norma general, los expertos señalan que un plan de negocio debe contener los siguientes aspectos:

  • Descripción del proyecto/servicio y los objetivos: 

En este punto debemos definir el producto o servicio que se pretende lanzar al mercado: qué soluciones ofrece, qué ventajas tiene o qué oportunidad de negocio hay en el mercado.

 

  • Análisis del mercado y de la competencia:

En este apartado se pretende conocer cómo funciona el mercado en el que se desarrollará la actividad empresarial y las empresas que ya trabajan en él. Además, es el momento de recoger información sobre el área donde va a trabajar la empresa.

 

  • Análisis del consumidor:

Es fundamental conocer a qué público objetivo vamos a dirigirnos, conocerlo y entender muy bien como nos vamos a dirigir con él para que nuestra oferta ser interesante.

 

  • Definición del producto/servicio:

En este punto hay que hacer un estudio en profundidad y definir todo lo que tenga que ver con producto/servicio que vayamos a lanzar.

 

  • Plan de marketing:

Qué mecanismos se van a utilizar para dar visibilidad al negocio.

 

  • Plan de recursos humanos:

¿Es necesaria la contratación de personal? Si la respuesta es sí, el emprendedor debe plantearse qué cualidades deben tener los empleados y cuánto va a costar su contratación.

 

  • Plan económico

Cuánto dinero es necesario para poner en marcha el proyecto y cómo se pretende financiar.

 

  • Toma de decisión: 

Tras realizar un análisis de todas las áreas podemos tomar la decisión de si nuestro proyecto tiene recorrido a nivel empresarial. Saber con las barreras que nos podemos encontrar y tener planes de contingencia para todas ellas.